CUENTO No 15 - EL VERDADERO MILAGRO
Los tacos de la avenida el Poblado, de Envigado a Medellín, comienzan en la Aguacatala, antes del centro comercial Santafé, en el santuario a la virgen de la gruta.Se llama La Rosa Mística y se cree que fue Pablo Escobar quien la puso allí, desalojando a la Virgen de Lourdes que desde muchos años atrás habitaba en el lugar. Era igual a la que se le presentó a Bernardita en Portugal, pero a esta se le desapareció la imagen de la niña; uno de los pocos fieles de hace tiempo intentó conseguirla por todo Medellín pero no lo logró. En ese entonces pasaba casi desapercibida, hasta que una señora que por varios años vendió veladoras en el parque de Sabaneta para los visitantes de María Auxiliadora, inexplicablemente fue expulsada por las autoridades del municipio; desconsolada por el sustento diario de sus hijos, se le ocurrió establecerse con su toldo en esa soledad y lejanía, al lado de la virgencita de la Aguacatala, y este fue quizás el primer milagro: con ella vendiendo veladoras y tinto empezaron a llegar creyentes a rezarle masivamente y doña Alba Sepúlveda y su familia, no volvieron a "pasar trabajos". Hoy día además elabora las placas de agradecimiento por los favores recibidos, en mármol o acrílico, a petición de los fieles.
Más que por la congestión que se genera en la zona debido a que la gente acude a rezar en vehículos particulares bloqueando un carril de la avenida, y por la asistencia masiva a las misas periódicas que se celebran en el lugar, la ubicación actual del santuario está amenazada por la segunda calzada de la carrera 34 que nace allí y obliga a una oreja que la vincule con la carrera 43A en sentido norte. El municipio ha estado en conversaciones con la Curia para su traslado lineal a un sitio cercano, pero no han llegado a un acuerdo porque esta, debido al auge del lugar, exige capilla con sacristía y parqueaderos, escriturada al valor del metro cuadrado de tierra del sector estrato seis. Por la cercanía a la parroquia de Santa María de los Ángeles, las autoridades civiles han propuesto entronizarla en esa iglesia, pero el clero insiste en que no es lo mismo.

Antes de la Virgen de Lourdes, hubo un "calvario" recostado a la baranda del puente por debajo del cual pasaba solamente una quebrada, que una familia fijó varios años atrás en memoria de un ser querido fallecido accidentalmente en ese sitio, el mismo que fue retirado un tiempo después por la ampliación de la calzada.
Terminada la obra, en reemplazo de la desaparecida cruz forjada en metal anclada a un cubo de concreto, la familia estableció a pocos metros, en el barranco residual del colegio La Enseñanza, la imagen de la virgen, en un sitio menos vulnerable, visible y de más respeto, a una altura a la que alcanzaran a ponerle flores.
En ése puente, a plena luz de un día cualquiera de 1978, a un motociclista inexplicablemente se le frenó la rueda delantera, se fue de bruces y se desnucó. Murió al instante.
Entonces circulaban pocos carros, no se exigía casco ni chaleco, las motos eran escasas, casi todas grandes y sus dueños, por lo general ricos.
Yo lo sé y se los cuento de hoy hacia atrás, porque no solamente viví la evolución del hito "in memoriam", sino que además presencié el accidente que originó el santuario con estos ojos que no se comerán los gusanos, porque cualquiera de las once mil vírgenes hará el verdadero milagro de los frutos dulces y abundantes que producirá un árbol plantado sobre las cenizas de mi cuerpo cremado, sin veladoras, rosarios ni venta de tinto a mí alrededor.
CVV

